La actividad física es un factor crucial en el rendimiento cognitivo y académico de los niños. Los estudios han demostrado que cuando se combina actividad física con entrenamiento cognitivo e interacciones sociales, como ocurre en los juegos en equipo y actividades de coordinación, tiene el mayor impacto en las capacidades cognitivas, especialmente en las funciones ejecutivas[1]. 

Pero no se trata sólo de mejorar el cerebro. El ejercicio también desempeña un papel importante en el fomento del bienestar mental, incluso en personas jóvenes que suelen tener una buena salud mental. Las investigaciones han descubierto que los deportes de equipo, sin ningún énfasis en la apariencia, tienen el mayor efecto positivo en la salud mental de los jóvenes[2].

Proporcionemos a nuestros hijos el apoyo que necesitan para practicar actividad física e incorporar más movimiento a su vida cotidiana.


Autores: Joshua Thaller & Nicole Stiegeler (OAC)

Referencias